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El año 2022, 64 jóvenes llegamos al Santuario de Czestochowa, donde cada año peregrinan 5 millones de personas, para poner nuestras intenciones en manos de la Madre de Dios. Acompañados de nuestro amigo Lolek, conocimos los lugares más emblemáticos de la vida de Juan Pablo II. Otra vez, el pueblo polaco se coronó mostrando que, a pesar de sus necesidades, siempre está dispuesto a dar: nos acogieron famílias en sus casas y sin conocer la lengua , nos sentimos muy acogidos y queridos.

El verano de 2021, un grupo de 45 jóvenes peregrinamos al Santuario del Pilar (Zaragoza) bajo el lema “Que seas Tú el pilar de nuestra historia”, fijando nuestra mirada en la Virgen María. En este camino nos acompañaban las cartas de San José que, con su discreción y espíritu siempre de servicio, hizo vaciarnos de nosotros mismos y gozar de cada mínimo detalle (a pesar de las incomodidades) para vivir más intensamente, volcándonos en los demás y aprender que Jesús quiere vivir en nuestro corazón

El año 2020, 40 jóvenes peregrinamos hasta el Santuario de la Mare de Deú del Collell (Girona). Este año nos escribió Santa Maria Goretti que nos hizo reflexionar sobre si éramos personas que aportábamos. Se reflejó en una peregrina que no dejó de cantar y animar a los otros cuando no podían más en una etapa dura. ¿El secreto de ella? Meses antes contó a otra: "Estoy rezando a Dios todos los días para que pueda hacer toda la peregrinación sin quejarme”. Un aprendizaje que perduró para siempre.

En el verano de 2019, 29 jovénes cruzamos a pie el país de nuestro Señor, desde Nazaret hasta Belén, pasando por Jerusalén, donde rezamos y apoyamos todas nuestras cargas en el agujero donde se sostuvo la cruz de Jesús. Entre lágrimas y acompañados de amigos y familias, reconocimos nuestra pequeñez y necesidad de Cristo para dar sentido a nuestra vida. Acompañados con las cartas de María, el global fue una experiencia inolvidable que marcaría un antes y un después en nuestra vida.

En 2018, un grupo de 35 jóvenes peregrinamos hasta el Santuario de Nuestra Señora de Meritxell (Andorra). Durante los 12 días nos escribió la figura del Santo Padre, animándonos a dar siempre un paso más. No fueron etapas fáciles, no por el número de quilómetros a recorrer, sino por el desnivel en algunas de ellas. A pesar del dolor de pies y piernas, el ambiente despreocupado, feliz y fraterno la conviertieron en una peregrinación que recordaríamos con cariño e ilusión.