Crónica domingo 16 de julio
Strike, tercer día consecutivo que nos levantamos a las 2 de la mañana para huir del sol que una vez coció el cogote de Don Quijote. Las caras en el primer desayuno recordaban a un casting de The Walking Dead, pero tampoco nos importaba mucho porque, ahora que casi no hay luna, a esas horas todo está más oscuro que el sobaco de un grillo y la gente está más pendiente de no partirse un tobillo que de mirar el careto del compañero.
En la primera parte de la etapa, la que hacemos bajo las estrellas, uno de nuestros benjamines, Andreu Passola, ha capturado un conejo que padecía resaca y andaba falto de reflejos. También hemos pasado al lado de una discoteca perdida en medio del campo y la música, que retumbaba con unos altavoces dignos de Tomorrowland, ha terminado por despertarnos.
Dejando de lado el frescor matutino, no ha habido incidentes hasta la parada habitual. Antes de ponernos a celebrar que es domingo con unos donuts del tamaño de flotadores, nos hemos hecho una sesión de fotos con un amanecer que no tiene nada que envidiar al de la apertura del Rey León.
La segunda parte ha sido calurosa, ágil y entretenida; con un único respiro para hacer la videollamada tradicional que hacemos los peregrinos con los feligreses de nuestras parroquias. Momento icónico ha sido en el que Nacho Campmany, viarito de corbata en cuello y pin en pecho, ha tenido el valor (o la imprudencia) de meterse con La Farga delante de 8 fargueros, desatando una tormenta de orgullo y honor escolar que debía defenderse a capa y espada.
El final ha llegado más pronto que tarde y, nada más haber superado los 36 km de la etapa de hoy, hemos comido y el nombre de Mn. Bernat ha vuelto a ser coreado por los caminantes cuando ha comprado helados para celebrar la Virgen del Carmen.
La tarde ha sido tranquila, volvemos con el tridente espiritual: meditación de Mn. Bernat, adoración y misa (con salmo de Norah cantado al más puro estilo neocatecumenal). Hoy en el libro del peregrino Moises nos habla sobre una las plagas que arrasan nuestra sociedad: el materialismo. Nos animaba Mn. Bernat a ver que es a lo que estamos apegados y que nos nos dejan ser libres. Para amar de verdad uno tiene que ser libre de todo, no estar apegado a nada. Solo Dios basta.
Al volver al polideportivo, lo hemos hecho con más prisa que otras veces. ¿El motivo? El genio y figura Josep Maria Torrelles ha venido para acompañarnos durante 5 días, con el bonus de ofrecernos las mejores cenas de catering mientras él esté con nosotros.
La tertulia ha sido intensa. El plato fuerte ha sido el remix de Twist and Shout con la Bamba de Fer Marqués, que se ha dejado las cuerdas vocales y las de la guitarra, mientras un Santi Salvador (que más bien parecía un Jimi Hendrix), le ha acompañado hasta terminar con los dedos sangrando. Sin poder ser menos, las mujeres han cantado a varias voces una pequeña tonadilla dedicada a Manzanares, este precisoso y deshidratado lugar.
Por otro lado, el Petitó (nuestro famoso Uri Gel) ha vuelto ha ser el protagonista de otra escena para el Hall of Fame de las tertulias, cuando ha decidido reclutar a su pequeño ejército de hombres, los ha puesto en fila de a 2 y, con la cruz al frente, ha empezado a cantar la canción de marcha militar del ejército colombiano “Máquina de Guerra, Máquina de Muerte”, mientras le hacían eco diez gargantas desgarradas a cada verso que soltaba. Y es que esto es lo que hacemos en el gremio masculino para subir la moral cuando ya se han rebasado los 40 km.
Hasta aquí las actualizaciones en nuestro cuaderno de bitácora. ¡Buenas noches y felices sueños, familia!
PD: ¡Salimos en la Vanguardia!