Crónica jueves 21 de agosto

Queridos padres, madres, abuelos, amigos y resto de peregrinos,

Esta noche pasada ha caído un chaparrón que ni en Cantando bajo la lluvia. Los rayos iluminaban el pabellón donde dormíamos filtrándose por la ventana y despertando a más de uno antes de la hora prevista. Algunos se preguntaban como otros parecían dormir impasibles al estruendo que nos rodeaba. Ya a las 3:00, la tormenta ha cesado pero aún se divisaban nubes negras en el cielo que presagiaban una ruta incómoda para el camino que hoy nos tocaba recorrer.

Capelina en mano, nuestro camino ha empezado con la incertidumbre de saber en que momento caerían sobre nosotros las primeras gotas desde el cielo. Al principio todo iba bien, caminábamos sobre el asfalto con algun que otro charco que se cruzaba con nosotros pero nuestros pies se mantenían secos, al menos de momento. Ha llegado un punto en que una dura prueba se avecinaba sobre nosotros, un camino de tierra húmeda. La senda se adhería a nuestros pies formando grandes barrizales a nuestro paso. A algunos el barro no solo les impregnaba la suela, sino que subía por el pie creando una segunda piel sobre los zapatos. Aún así, los peregrinos no han perdido el positivismo y alguno comentaba " al menos no es una cuesta".

Un caminito de piedras ha amainado el camino y algunos han aprovechado para sacudirse el barro, pero de pooc a servido. Un sinuoso sendero cuesta arriba ha vuelto a llenarnos de barro las suelas. Algunos peregrinos como Clara o Rocío han llegado a la conclusión que era preferible andar descalzas por el lodazal antes que cargar con el peso del barro en las botas.

Dejando atrás esta ardua parte del camino, hemos hecho la parada tradicional de avituallamiento para reponer fuerzas, tanto del cuerpo como del alma, pero durante la lectura espiritual una llovizna ha empezado a caer sobre nuestras cabezas y nos hemos visto obligados a reanudar la marcha antes de lo previsto. Al final todo ha quedado en nada, ya que gracias a Dios solo han sido cuatro gotas de nada y tan solo una hora y pico después hemos llegado finalmente a Montecastrilli.

Después de una ducha y una buena siesta nos esperaba una gran noticia...¡ comíamos de restaurante! Celebrábamos los 22 años de Núria Holtman y le hemos cantado el cumpleaños feliz a la española, aporreando las mesas para deleite de los camareros y resto de comensales que nos acompañaban en el lugar.

Por la tarde, hemos tenido un rato de adoración ante el Santísimo y hemos leído todos juntos el Hablar con Dios. La Santa Misa de hoy ha sido especialmente bonita. Nos acompañaba gente del pueblo y con nosotros han celebrado también Don Piero y Don Antonio, los sacerdotes del lugar que tan bien nos han acogido hoy en los locales parroquiales de San Nicolás. La misa ha sido tanto en castellano como en italiano. Que bonito es entrever la universalidad de la Iglesia en un gesto tan sencillo como este.

Por la noche, hemos cenado unas deliciosas fajitas a base de carne picada y verduritas. Con las tortitas sobrantes, hemos hecho unos emparedados de Nutella que nos han servido como postre. Como de costumbre, hemos tenido tertulia donde Nacho Campmany nos ha deleitado con una particular versión de Venezia de Hombres G, ante la atenta mirada de asombro de Don Piero, que no creía lo que estaba oyendo de la boca del simpático muchacho. Finalmente, el sacerdote nos ha dedicado unas palabras de cariño y nos ha animado a tener un buen camino, antes de rezar completas con nosotros y irnos a la cama, preparándonos para una etapa de mañana que también se prevé pasada por agua.

PD: Mn. Ferran os dedica unas palabras al término de esta crónica: "Teniu uns fills que son una pasada"