Crónica lunes 10 de julio
Empezamos esta crónica con una fe de erratas y una disculpa… Ayer no entramos en la Mancha aún, Requena está en la provincia de Valencia. Pedimos comprensión hacia estos cronistas peregrinos, desconectados del mundo exterior, que no pueden contrastar sus fuentes de información y que habitualmente no saben ni qué día de la semana es.
Lo dicho: hoy sí hemos cambiado de Comunidad Autónoma. Y lo hemos hecho con dolor, no solo porque dejamos atrás una hermosa tierra, sino porque la etapa de hoy ha sido de campeonato, 44 km. Hemos empezado a andar una hora antes para tener menos rato de sol (sí, sí, habéis leído bien, nos hemos despertado a las 2 de la mañana…).
La mayoría de la etapa ha transcurrido en un bonito paraje de montaña con variedad de árboles y arbustos. Hemos descubierto que las gentes de aquí tienen una gran pasión por la propiedad privada, tal como atestiguaban numerosos carteles: nos ha tocado saltar un par de vallas y hemos tenido la sensación todo el día de estar donde no debíamos.
El sol ha pegado fuerte a partir de las 10, y nos hemos tenido que hidratar constantemente. La etapa ha sido muuuuuy larga; hemos terminado, de hecho, a las 15h. Menos mal que Luis ha venido a refrescarnos en las dos paradas: en la segunda, como un ángel bajado del Cielo, nos ha traído unos granizados de limón que le agradeceremos por toda la eternidad.
Después de esa pausa, ha tenido lugar el gran estreno de la canción de los “Rolling Smokes”, el grupo musical constituido por varios de nuestros chicos. Os dejamos aquí una estrofa, para que saboreéis el talentazo que reina entre nosotros:
“Ferran está muy loco,
Pero loco por Amor,
Y estos peregrinos
Están aún peor”.
El final de la etapa hoy nos ha llevado a un sitio de lo más peculiar para unos peregrinos como nosotros, un balneario llamado “Baños de la Concepción”. Nos alojamos en unos bungalows de lujo, donde esta noche podremos gozar del mayor de los regalos: camas con colchones y sábanas.
A la hora de Misa, han venido a celebrarla con nosotros don Antonio y don José Fernando, sacerdotes de esta diócesis y compañeros de seminario de mn. Ferran. Don José Fernando ha presidido y nos ha predicado sobre la familia. Es el sitio donde nos aman sencillamente por lo que somos, donde no hay que fingir, donde no nos ponemos esas máscaras que tantas veces usamos con los amigos. Nos ha animado a vivir así con Dios, sin fingir, sin esperar que nos quiera más o menos por nuestras virtudes, porque su amor no depende de eso. Nos ha recordado también que la mayoría de nosotros estamos llamados a la vocación matrimonial, y que por eso debemos hacernos la seria pregunta de con quién emprenderemos la verdadera peregrinación de nuestra vida.
La cena ha consistido en un buffet libre que ha sacado a la luz la verdadera esencia de cada uno: está el que se ha comido 200 chistorras, el que se ha alimentado exclusivamente de creps y tarta, la que se ha servido un plato de verduras por propia iniciativa…
Nos vamos a descansar con la tripa llena después de este día tan completo.
¡Hasta mañana, padres!