Crónica lunes 26 de junio
Ha llegado el día, por fin empezamos a caminar. ¡Qué locura! Nadie pensaba que llegaría este día y a veces vienen las dudas. Ayer tuvimos la misa de envío presidida por el cardenal Juan Jose Omella. Qué palabras tan bonitas nos dirigió y que alentadoras para esta peregrinación que hoy empezamos hacia Lisboa caminando. Nos animó a mirar a la cruz en momentos de dificultad, porque en ella encontramos a Cristo y a la Virgen a sus pies. No es una cruz vacía, sino que hay un sentido. Igual que nuestra peregrinación, no es un sin sentido. Sino el sentido interior de cada uno de encontrarnos con Cristo. Queremos cargar la cruz en nuestras vidas y por eso caminaremos cargando una cruz que nos acompañará todos los días.
Por la noche nos impusieron las cruces los tres sacerdotes que nos acompañarán. Para que también sean un signo cuando veamos la cruz en otro peregrino. Y que pensemos “en ese que camina a mi lado está Cristo mismo.”
Suena el despertador a las 3 am, se encienden las luces y todos nos levantábamos con ánimo. La alegría e ilusión está en cada uno, se ve en los rostros. Bueno, hay que decir que también había caras de dormido, alguno no sabía muy bien donde había amanecido hoy, pero bueno. Por el camino algunos peregrinos se han encontrado con una persona y les ha preguntado ¿a dónde vais? Le han respondido a Lisboa caminando, 40 días. Este se ha quedado impresionado, y les ha respondido; —¡pero son muchos días fuera de casa!—.
Es así, vamos a estar muchos días fuera de nuestros hogares, pero muy cerca del Señor y con la familia de la Iglesia en todos los lugares a los que vayamos. Al fin y al cabo, como de decía el Mossèn en la meditación, lo que anhela el corazón es estar en el cielo, y eso es estar con Cristo. Muchos, no verán que estos días fuera de nuestras casas es en verdad ese encuentro con Cristo del que nos hablaba el cardenal ayer en la misa de envío.
Sí, es una locura esto que hoy empezamos. Pero es una locura de amor, por Cristo, por su Iglesia, por todas las almas y para su salvación.
La etapa ha sido bastante liviana. Gracias a Dios a primera hora ha habido una brisa suave y el caminar ha sido ágil. A las 11 am llegábamos a la parroquia de Nuestra Señora de Montserrat de Castelldefels. Donde nos esperaba don Juan Antonio Vargas, don Jordi Mondragon y Juan Eusebio, seminarista de Sant Feliu. Y una encantadora feligresa Maria Antonia que nos había preparado un buen tentempié y mucha agua fresca.
Después de comer hemos podido tener un tiempo de descanso donde las guitarras, la caja, el violín y todo tipo de artilugios musicales entre los cuales están las voces de Paula y de Norah han empezado a sonar.
A las 16:15 h puntuales hemos tenido la meditación y un rato de oración personal ante el Santísimo Sacramento. Don Juan Antonio en su homilía nos ha recordado que Abraham fue amigo de Jesús y que nosotros en esta peregrinación debemos convertirnos en verdaderos discípulos y amigos de Cristo.
Tras una suculenta cena de pasta a la boloñesa, fruta y unas cocas de San Juan. Ahora estamos cantando en nuestra tradicional tertulia. Mañana ya os contaremos como ha acabado la jornada.
¡Hasta mañana padres!