Crónica martes 19 de agosto
Queridos padres, madres, abuelos, amigos y resto de peregrinos,
Por fin hemos empezado la segunda parte de nuestra peregrinación. Cada vez queda menos para llegar a Roma. Unas bolsitas con desayuno nos esperaban hoy en la recepción antes de partir que amablemente nos han dejado preparadas las mujeres que cuidaban del sitio donde dormíamos. Como cada día, hemos empezado nuestra caminata con una hora en silencio, recogidos en oración. Hoy ,meditábamos sobre la importancia de ser simples de corazón y descubrir donde lo tenemos puesto para procurar que Jesús sea el centro de todo.
Al empezar a caminar, era sorprendente el buen ritmo que llevaban los peregrinos. A pesar de ser más del doble que hace solo un par de días, el ritmo no ha decaído demasiado y hemos conseguido mantener durante varios tramos una fantástica media de 5 kilómetros por hora. Al llegar a la parada, un amable sacerdote nos ha abierto las puertas de su iglesia en la que hemos podido hacer la lectura espiritual diaria, donde en Cardenal Ratzinger nos ha hablado de distintos conceptos como el matrimonio o la afirmación gozosa de amor que es el celibato. La verdad es que el primer día de camniar de aquellos que se unieron en Asís ha ido sobre ruedas.
Hoy, Montefalco nos recibía con una subida que quitaba el hipo. El último tramo antes de llegar al pueblo ha sido duro y farragoso, pero todos hemos llegado a destino con una sonrisa de oreja a oreja. El párroco del pueblo, Don Luca, nos ha esperado para recibirnos y hemos podido compartir con él distintas impresiones del camino. Entre todos, hemos preparado la comida y nos hemos sentado a degustar nuestro pan con embutido un día más. Era evidente que la fatiga era superior a la de ayer así que, después de una buena ducha en el polideportivo anexo al colegio en el que dormimos, nos hemos retirado a descansar.
Por la tarde, hemos podido tener exposición con el Santísimo Sacramento expuesto durante un rato antes de volver a rezar todos juntos meditando "Hablar con Dios". Posteriormente, hemos podido celebrar la Santa Misa dedicada al Sagrado corazón de Jesús. En la homilía, el mossén nos ha hablado, siguiendo el pasaje del evangelio de hoy, sobre que la entrega total debe ser sin condiciones, sin esperar nada, sino entendiendo al otro como el regalo que ya nos da Dios.
Por la noche, hemos cenado un buen plato de arroz con tomate y un par de trozos de lomo cada uno. Estaba todo buenísimo. No es "arroz a la Gomar" pero se le acerca bastante. Mañana la etapa es dura, con un desnivel pronunciado, así que no hemos tenido tertulia, sino que hemos hecho completas y ya nos vamos a la cama, siempre de la mano de la Virgen, mentalizados sobre lo que nos deparará el día de mañana.