Crónica martes 4 de julio
Si ayer los paisajes eran bonitos lo de hoy era más aún. Las playas no nos paran de sorprender. Algunos querrían parar y bañarse, otros tomar el sol, pero el Mossèn y los sherpas están marcando muy bien los ritmos. Como dato curioso, hoy hemos atravesado Marina d’Or (Ciudad de Vacaciones, ¿dígame?).
Tras dormir en colchones todos hemos descansado mucho, qué frescos estábamos. Se notaba en el ritmo de todos los peregrinos, un colchón es capaz de hacernos superar cualquier dolor de piernas. El dolor de las ampollas no tanto; por eso, suerte que tenemos varios equipos de curas de ampollas que trabajan a pleno rendimiento. Hay que agradecer mucho lo que hacen por todos. Hay algunos que no habían petado nunca ampollas, pero el cariño con el que se hace y el cariño por cada uno de la familia que somos hace que a nadie le importe quién sea el que las pete.
La primera hora de silencio, de oración, ha sido para meditar un poco lo que Mossèn Bernat nos ha predicado por la mañana antes de salir sobre la fe y la coherencia de cómo vivimos la fe. Si son solo ritos, si lo hago porque me obligan, o si voy a Misa porque toda mi familia va. Nos decía que tenemos que plantearnos estas cosas, ver que la fe es primero el paso que Dios da y luego somos nosotros los que respondemos. Dios siempre es el primero, en todo, aunque no lo veamos.
En la etapa ha habido conversaciones de todo tipo. Hoy le han enseñado al Mossèn qué es el Crossfit. Al principio no entendía mucho, pero parece que igual se animará algún día a ir, aunque el primer objetivo es Lisboa.
Hoy el mejor regalo, sin duda, ha sido la tarde que hemos compartido con mn. David y los feligreses de la parroquia de Benicássim. Se han unido a nuestra Misa las familias de un grupete de chicos que irán a Lisboa también, en autocar desde aquí (los hemos invitado a unirse a la caminata, pero por alguna extraña razón, no han querido). Son muy jovencitos, de 12 y 13 años, y rezamos desde ya para que la JMJ sea un momentazo de conversión para ellos también. Después de Misa hemos podido charlar un rato con ellos y sus familias en una super merienda-cena que nos han preparado sus familias. De verdad que la gente es tan generosa y acogedora que no damos crédito: había tal cantidad de tortillas, empanadas, patatas y quiches que no hemos podido acabar con ellas. Hemos tenido una preciosa tertulia, intercalando canciones y anécdotas, y nos hemos despedido con la promesa de rezar unos por otros.
Nos vamos a descansar ya, nos han dejado para dormir los locales de la parroquia. Es muy gracioso porque tienen la parroquia a medio construir, ¡igual que nuestro San Rafael! Que bonito es ver como en mundo en el que parece que Dios sea algo secundario lleguemos a un lugar donde también están construyendo una parroquia. Lugares de encuentro con Dios donde el hombre puede dar esa respuesta de fe de la que nos predicaba hoy mn. Bernat. Ya que solo en la Iglesia es donde puede haber un verdadero encuentro con Cristo. Damos gracias por este gran día, próxima parada Nules.
¡Buenas noches, padres!