Crónica miércoles 20 de agosto

Queridos padres, madres, abuelos, amigos y resto de peregrinos,

Hoy, contra todo pronóstico, no ha llovido. La providencia está de nuestro lado. A las 3:30 nos hemos equipado con capelinas y grandes bolsas de basura para el chaparrón que se avecinaba, pero del que al final no hemos tenido noticias. Así que desayuno y a caminar meditando nuestra primera hora en silencio.

Hoy hemos subido el máximo desnivel hasta la fecha, casi 1000 m. Justo antes de llegar a la parada, una empinadísima cuesta se posaba bajo nuestros pies durante un buen rato. Al llegar a la parada, nos esperaba de todo: zumos, agua, bollería, galletas con Nutella, chuches, etc. Hoy, en la lectura, San Francisco de Asís nos ha explicado como, tras la aprobación papal, su orden se expandió de manera asombrosa. Esto se debía al Espíritu Santo, que actuaba a través de la sencillez de su vida y de la coherencia entre lo que predicaban y como lo vivían.

¿Recordáis hace unos días que a Laura Perreau le hizo mucha gracia un lagarto gigante en el camino? Pues hoy se ha encontrado una serpiente, una pequeña culebrilla que se ha cruzado en nuestro camino. No se le ha ocurrido otra cosa que cogerla y pasearla ofreciendo a los peregrinos la capacidad de acariciarla. Unos rehusaban el ofrecimiento con cara de asco, mientras que otros se maravillaban ante la criatura. Es importante también explicar que hay un grupito de peregrinos, encabezados por Emma, que dedica largos paseos durante el camino con el fin de recolectar todo tipo de manjares que le ofrece la tierra, destacando sobre todo moras y higos, que a Joan le han encantado.

Hemos llegado a Massa Martana sobre las 11:30 y después de rezar el ángelus y de los respectivos turnos de ducha diarios hemos ido a descansar un rato antes de la comida a las 14:00. Hoy hemos tenido unas buenísimas piezas de pollo en salsa acompañadas de patatas fritas, de estas tipo Deluxe de McDonalds. Después, un buen descanso hasta la ora de la adoración.

Como de costumbre, hemos tenido un rato de exposición al Santísimo y después meditación, donde hemos meditado sobre la imperiosa necesidad de evitar la envidia de corazón y que es el momento para que cada uno de nosotros nos planteemos de verdad nuestro papel en la viña del Señor y embarcarnos en aquello que Él nos pida. Por el mismo camino ha seguido la homilía de la misa de hoy.

Sobre las 19:00 hemos cenado una ensalada con palitos de pescado y calamares, para después tener una tertulia de lo más divertida. Esta ha empezado con un debate filosófico entre Gerard Fernández y Alejandro Recolons muy interesante. Seguidamente, Antonio ha entonado su clásico "C'mon, C'mon, C'mon" y todos hemos cantado "mi sueño es" a pleno pulmón. Cuando pasamos estos momentos entrañables entre nosotros, como una gran familia, se puede percibir la presencia de Jesús entre nosotros.

Ahora ya nos vamos a dormir, con la tranquilidad de saber en primer lugar que el desnivel más alto de la peregrinación ya ha pasado. Nos recogemos con las piernas cansadas pero con el corazón lleno de alegría de ver como la unidad que hay entre nosotros nos acerca cada día un poquito más a la meta, que es el cielo, pasando primero por Roma.