Crónica miércoles 28 de junio
Hoy ha sido una etapa de esas largas. Ya nos avisaron ayer por la noche. Por eso nos fuimos a dormir pronto. Eran 35,7 km hasta llegar a Altafulla.
Hasta el desayuno todo ha ido bien. Hoy Mn. Bernat nos ha puesto en contexto para la primera hora, en silencio de oración, de la acción de gracias que tiene que ser nuestra vida. Que reflexionemos sobre todo esa providencia que Dios hace en cada uno, que nos guía y nos cuida. Como a la tribu de Jacob fueron acogidos a vivir junto con los egipcios. Y gracias a eso pudieron vivir bien pese a la hambruna, y sobre todo gracias al corazón de Jose que perdona a sus hermanos.
Tras la parada del desayuno donde hemos cogido fuerzas. Quedaban todavía 20 km. Parecía que no se acababa. Hemos ido pegados al mar, incluso a veces hemos caminado por la arena de la playa durante largos ratos. Como cuesta dar pasos en la arena. Hoy nos hemos dado cuenta de todo lo que se puede ofrecer en el día, hasta los pasos por la arena.
Era casi todo recto, el grupo se iba dispersando un poco y se veían peregrinos por toda la costa. Ha habido un momento en que hemos hecho una agrupación, ya que teníamos algunos rezagados.
Pero como una familia, hemos caminado todos al ritmo de los más lentos. Y para animarles hemos ido cantando canciones todo el camino. Entre todos, como una familia, como si fuéramos uno solo, hemos alentado a los que tenían menos fuerzas.
Como se nota el cariño en esta peregrinación, nadie va por delante ni nadie por detrás. El ánimo se transmite con las canciones, las bromas, las sonrisas. La verdad que todos iban alucinando cuando nos encontraban.
Como todavía nos quedaba un buen rato para llegar a donde dormíamos y era tarde. El Señor nos ha dado un regalazo, hemos pasado frente a un McDonald's. (Sí, otra vez McDonald's, era por necesidad) y hemos entrado a comer allí. Una buena coca cola y una big mac ayuda a cualquiera hacer 6 km más.
Al llegar nos ha atendido Armand, qué persona tan simpática. Nos ha dado todas las facilidades. Que bien dormiremos en este gimnasio. Nos ha dicho que estas aventuras le encantan, que se sumaría con nosotros si pudiera. Ya sabíamos que no estábamos tan locos, solo un poco.
¡Por fin en casa! La llegada ha sido épica. Mucho cansancio, pero pese a eso todos están dispuestos ayudar, a descargar la furgo, a llenar vasos de agua, a ofrecer frutos secos, a petar ampollas. La familia se vive cuando se camina y cuando se llega. Vivir pensando en los demás es como de verdad se es feliz. Esta mañana la carta de Moises nos hacía varias preguntas, una de ellas era: ¿Qué sentido tienes que estés aquí? Y hoy se notaba un sentido común entre todos los peregrinos: el de pensar menos en mí y más en los demás.
Como siempre, hemos ido a la parroquia para tener un rato de adoración y la Santa Misa. Hoy Mn. Bernat nos predicaba sobre el regalo de estar en la peregrinación. Como el regalo de estar con los que estamos. Que no es porque nos hayan obligado. Sino porque Dios ha querido que estés caminando hacia Lisboa durante 40 días con todas esas ampollas. Porque quiere un encuentro personal con cada uno. Y a veces el mundo en el que vivimos no nos deja acercarnos a Dios como Él quisiera. También nos recordaba las gracias que tenemos que dar cada día por estar aquí. La vida es una acción de gracias continua, vivir agradeciendo.
La Misa la ha presidido Mossèn Jaume Gené que es el párroco de Altafulla. En la homilía nos ha hablado sobre la alianza que Dios hace con el Abraham, ya que era la primera lectura. Y nos animaba a ver que Dios promete su descendencia como estrellas en el cielo, que mañana, cuando caminemos por la noche, miremos esas estrellas para recordar como Dios tiene una alianza con su pueblo, con nosotros, con cada uno.
Como los demás Mossèns le conocían, ha venido a cenar con nosotros. Que bien nos lo hemos pasado. Se han contado muchas anécdotas del día. Pese a los dolores de piernas, hinchazones de rodillas y cansancio. Entre los peregrinos no había ni un rostro sin sonrisa. La Alegría que se vive estos días es sobrenatural porque el ritmo es intenso, pero no puede con el ambiente de los peregrinos.
Tenemos más sorpresas que os iremos contando en las crónicas. Buenas noches y puntuales a las 20h estamos ya todos durmiendo.
¡Hasta mañana padres!