Crónica Sábado 2 de agosto
Queridos padres, madres, abuelos, amigos y resto de peregrinos,
Todo ha empezado a las 6:00, listos en el aeropuerto para emprender nuestro vuelo hacia Milán. Para algunos de nuestros peregrinos era la primera vez que subían a un avión, y este hecho daba todavía más emoción al momento. Raúl no se lo podía ni creer, al único avión que había subido hasta el momento era rojo y colgaba de una especie de grúa dando vueltas en el Tibidabo. Este era de verdad.
Dos horas y media después, los jóvenes de la parroquia poníamos los pies sobre suelo italiano: habíamos llegado a Milán. Desde el aeropuerto, hemos cogido un autobús que nos ha dejado en el centro de la ciudad y, desde allí, hemos andado a los sitios más emblemáticos de la capital de la moda: el barrio de Brera, el castillo de Sforezco, la basílica de San Ambrosio, el Teatro de la Scala y el Duomo, donde a las 17:30 hemos podido tener la eucaristía.
Antes de entrar en la catedral te cacheaban y Beto se ha visto obligado a renunciar a una pizza carbonara recién comprada, ganándose como amigo al hombre de seguridad de la puerta. Después de misa, hemos podido disfrutar de un delicioso "Gelato". Nos encantan las peregrinaciones con Mn. Ferran.
Llegamos al hostal, " que para nada estaba lejos", sobre las 20:00 donde pudimos descnasar en mullidas camas, sabiendo que probablemente sea la última noche en mucho, mucho pero que mucho tiempo.