Crónica sábado 8 de julio
Se encienden las luces del pabellón donde hemos dormido, unas palmas y venga todos arriba. Vuelven a ser las 3am, gracias a los colchones el descanso de todos los peregrinos se nota más. Ya que algunos ya sonríen de madrugada.
Tras la pequeña reflexión del Mossèn nos hemos puesto a caminar, hoy nos animaba a cuidar de verdad esta hora de oración! Y no hora en silencio o hora de sueño. Sino que es un momento de estar con el Señor caminando con Él.
Hemos llegado al pueblo de Chiva a las 7:30h el ritmo ya es de locomotora en el grupo. La media está entre 5,5km/h y 6,8km/h. Parece una carrera de marcha. Pero es muy bonito ver como todo el grupo se mantiene cada vez más unido. No hay separación entre el primero y el último.
Con la llegada al pueblo con el sol naciendo por detrás, nos esperaba el párroco de la Iglesia, don Carlos. Que le hemos llamado y nos ha abierto la puerta de la Iglesia. Todos hemos quedado maravillados con lo bonita que era la iglesia. Que bien cuidada, que limpio y que pinturas tan espectaculares. Al acabar la lectura espiritual, el párroco ha querido hacernos una explicación de las pinturas. Todos hemos alucinado, que bien explicado. Todo hacía referencia a San Juan Bautista, como señala al cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Y que todas las pinturas miran a este cordero. Incluso algunos tienen la mirada en la Sagrada Forma de la Eucaristía y en las Escrituras. Ya que son los dos sitios donde encontramos al cordero de Dios que señala San Juan.
Nos hemos despedido de él y vuelta a caminar, con ritmo decidido hacia Buñol. La llegada ha sido épica, el sol ha pegado fuerte desde que ha salido. Ana Salvador, Miquel Bes y Antonio y algunos más llegaban corriendo los últimos metros para tomar agua y chuches. Tras la llegada de todo el pelotón el Mossèn ha dejado tiempo para poder ir a una piscina y los más valientes a unas pozas. Ya hemos dejado de lado el mar y nos adentramos en interior. Lagos, pantanos y rios es lo que no espera ahora.
Andreu y el equipo piscina han hecho amigos y todo. Hablando de videojuegos y cosas “random”, un gran tiempo de descanso. Los de las pozas también ha hecho amigos, explicando la peregrinación hacia Lisboa que no se lo creían. El momento comida ha sido de lo mejor. Al lado del pabellón donde dormimos, donde Javi nos ha atendido estupendamente, hay un gran césped y unos pinos y palmeras que crean una gran sombra. Estábamos a 32 grados pero a la sombra pasaba una brisa muy agradable. Hemos hecho una sobre mesa (si se puede decir así) muy agradable todos. Comentando cómo había ido el día, la caminata, la piscina y las pozas.
Aunque se estaba muy bien a la sombra tocaba moverse para hacer la segunda etapa del día. Había que ir a la Iglesia que estaba en la otra punta del pueblo y de subida. Hemos pasado del Tabor a las Ascensión. En la parroquia ya nos esperaba don Enrique que tenía ganas de conocernos. Ha flipado un poco pero le ha encantado esta peregrinación. Nos ha predicado una gran homilía recordándonos que Dios quiere un encuentro personal con cada uno. Que tiene una promesa con nosotros que es la de su amor de verdad, pero que tenemos nosotros que saber acoger ese amor y vivirlo en nuestro día a día.
Cogiendo el hilo de la meditación con lo que había dicho el Mossèn, que hemos de saber acoger todo en nuestra vida. Y esta peregrinación se ve muy bien esto. Por eso nos animaba a que nos conozcamos todos, que caminemos con quien no hayamos hablado tanto. Que pongamos amor desde ya para el día de mañana.
Hemos acabado el día con una gran puesta de sol. Una cena de gazpacho, tortilla de patata y helados. Algo fresco porque la noche será calurosa. Suerte que tenemos los ventiladores enormes que hemos traído desde barcelona. Parece mas una turbina de avión todo el polideportivo donde dormimos.
Os encomendamos a todos con nuestra oración y dolores de pies! Buenas noches padres, mañana os seguimos contando!