Crónica viernes 22 de agosto
Queridos padres, madres, abuelos, amigos y resto de peregrinos,
Es de madrugada. El sonido de una alarma despierta a Núria Morer que ve como el resto de sus compañeras duermen plácidamente. De un brinco, se levanta de la cama y despierta a Bea. Nos hemos dormido, se dicen la una a la otra. La siguiente victima es Marina, que no duda en levantarse del colchón hinchable a la primera. Juntas van corriendo al baño a lavarse los dientes antes de partir a andar. Entonces, una carcajada de Núria desconcierta a las otras dos muchachas. Ha visto el reloj, son las 00:49, falsa alarma. Pueden descansar todavía un par de horitas más.
La ruta de hoy ha sido tranquila. Hemos empezado meditando en silencio sobre la creación y el deber de protegerla y cuidarla. Lo de peregrinar recogiendo papales del suelo empieza a ser una idea recurrente que viaja por las cabezas de nuestros caminantes con el paso de los días. El ritmo más que decente, 5 km/h. El croar de las ranas nos ha acompañado en la oscuridad durante las primeras cuatro horas. Mirando el suelo, algún peregrino ha visto varias ranitas vivas, y alguna que otra que no lo estaba.
Después de la parada y la lectura espiritual, tres horitas más hasta llegar a Orte. Un polideportivo inmenso nos esperaba para acogernos. Duchas y a la cama. La verdad es que hoy ha ido todo muy deprisa, hasta que los chicos han descubierto algo que les ha fascinado: el recinto tenía una "chorrimanguera". Para quien no esté familiarizado con el término, una "chorrimanguera" es una manguera extensible de jardín con un cabezal múltiple que se contrae o se ensancha en función del agua que entre por el tubo. Una especie de navaja suiza de las mangueras. Habiendo un campo de futbol enorme enfrente, han decidido pasarse un buen rato jugando con el cacharro. Cosas de peregrinos.
Por la tarde, hemos ido como de costumbre nuestro rato de oración delante del Santísimo y meditación, donde hemos seguido ahondando en la idea de la belleza de la creación y que podemos encontrar a Jesús admirando, por ejemplo, el paisaje que contemplamos al caminar. Después hemos celebrado la Santa Misa. Hemos pasado este agradable ratito en compañía de Jesús y la Virgen en la iglesia de Nuestra Señora de Loreto, que estaba anexa al hospital de la ciudad de Orte. Como el resto de iglesias en Italia, también era muy bonita y invitaba realmente a la oración.
Para acabar de celebrar Santa María Reina, hemos cenado unas buenas hamburguesas con queso, con pan y todo, y un yogur de distintos sabores. Hoy no hemos tenido tertulia, ya que nos hemos ido a dormir tarde y estamos algo cansados. Tenemos muchas ganas de reunirnos con vosotros en Roma y esperamos que sepáis que encomendamos especialmente el viaje de las furgonetas estos días en nuestro caminar diario. ¡Hasta el lunes que ya no queda nada!