Presentación del Libro del Peregrino
Querido peregrino,
Tienes en tus manos el primero de los tres volúmenes del peregrino que te van a acompañar a lo largo de estos 40 días de peregrinación. En él, Moisés nos explicará su historia recordando aquel gran acontecimiento que llevó al pueblo de Israel de la esclavitud del faraón a la libertad de los hijos de Dios.
También nosotros queremos iniciar este itinerario personal: salir de nuestras comodidades y de nuestras esclavitudes para meternos de lleno en esa libertad que solo Cristo nos puede dar.
¡Con qué ilusión hemos preparado estas jornadas! Podemos decir que la peregrinación hace tiempo que ya ha iniciado. Todo el esfuerzo que hemos puesto para que fuera realidad ha sido una abundante lluvia de gracias divinas, pues Dios ya nos ha bendecido copiosamente de antemano.
Aprovecha este libro del peregrino que con tanto cariño se ha preparado para vivir con intensidad estos días. Serán jornadas llenas de alegrías y sufrimientos, de ilusión y de esperanza.
La Jornada Mundial de la Juventud nos espera. El Papa, junto a miles de jóvenes del mundo entero, quiere celebrar su fe contigo. Vive desde ahora un encuentro personal con Cristo. Deja que sea Él quien lleve las riendas de tu vida. Haz de esta peregrinación una experiencia de fe. Lo que para muchos es una locura, para nosotros es un proyecto de Dios.
Querido peregrino, recuerda una vez más los pilares fundamentales. En primer lugar, la oración, el gran camino hacia el encuentro con Dios. En segundo, la ascética, la manera de salir de nuestras comodidades para crecer en virtudes y forjarnos como personas. También contamos con la fraternidad: somos una gran familia, en la que todos y cada uno de nosotros vamos a aportar nuestro grano de arena para vivir en la libertad de los hijos de Dios. Y, para terminar, el testimonio de nuestra fe: queremos anunciar a todos la alegría que solo Dios puede darnos, anunciar que Jesucristo está vivo, que la Iglesia está viva y que los jóvenes queremos vivir enamorados de Dios, el único que puede hacernos libres.
Quisiera agradecerte, querido peregrino, que te hayas apuntado a esta locura de amor. Gracias por poner lo mejor de ti mismo para hacer posible esta peregrinación. Gracias porque, desde que te apuntaste a este viaje, hemos soñado, reído, llorado y esperado. Ahora comienza la peregrinación, y este libro que acarician tus manos te ayudará a estar más cerca de Dios. Para finalizar, quisiera dar las gracias también especialmente al Señor Cardenal, por todo el apoyo que nos ha dado desde el principio de nuestra peregrinación.
Pongamos a los pies de nuestra Madre, la Virgen María, nuestra peregrinación, para que Ella nos guíe en el camino que debe llevarnos a encontrarnos personalmente con su Hijo Jesucristo.