JMJ a Cracovia

JMJ a Cracovia
Vigilia en el Campus Misericordiae (Cracovia)- tarde del 30 de julio de 2016

JMJ CRACOVIA – DEL 24 DE JULIO AL 5 DE AGOSTO 2016

En verano de 2016, dos autocares llenos salimos de la parroquia de San Mateo de Barcelona para llegar al encuentro de jóvenes que se haría en la tierra natal de San Juan Pablo II, el creador de éstas. De nuevo nos acompañó nuestro gran amigo Lolek, que nos enviaba cartas presentándonos su tierra natal y dándonos consejos para que la peregrinación costara menos.


Casi 100 jóvenes, de diferentes grupos y parroquias nos juntamos y recorrimos los 2.312 km que nos separaba de Cracovia, pasando por el pequeño pueblo de Ars, donde conocimos la historia del San Jean-Marie Vianney, impresionándonos mucho su testimonio de pasar más de 20 h diarias en el confesionario. También hicimos un vigilia de oración toda la noche en Múnic haciendo turnos para no dejar al Señor solo en ningún momento. Una vez llegados a Cracovia, y bien acogidos por la generosa hospitalidad en sus casas de diferentes familias, seguimos los actos del Santo Padre: meditamos sus palabras y le acompañamos con cantos y gritos de júbilo con otros jóvenes que compartían nuestra fe, especialmente en la vigília y la celebración de la Santa Misa en el Campus Misericordiae. Sin duda fue un momento muy emocionante para todos poder compartir esos ratos con tanta gente de nuestra edad que tenía las mismas ganas que nosotros de seguir a Cristo.


De vuelta, no pudimos pasar sin visitar los campos de concentración de Auschwitz, para conocer un poco más este sufrimiento del pueblo polaco, y cogidos de la mano de Nuestra Madre, acompañamos ese dolor rezando rosarios por los perseguidos y por sus perseguidores.

La última parada de nuestra peregrinación fue en Paray le Monial, donde el Sagrado Corazón de Jesús se reveló a Santa Margarita María Alacoque, que nos hizo concluir que Cristo nos ama con un corazón humano.


Fue un viaje muy bonito que nos enseñó a abrirnos a los demás, saliendo de nuestro grupo de siempre y como decía el Santo Padre en la misma vigilia dirigiéndose al millón seiscientos mil jóvenes que durmieron allí mismo:

“Queridos jóvenes, no vinimos a este mundo a "vegetar", a pasar por él cómodamente, a hacer de la vida un sofá que nos adormezca. Al contrario, hemos venido a otra cosa, a dejar una huella. Es muy triste pasar por la vida sin dejar una huella”,

pidió a los jóvenes que aspiráramos a lo mejor.

Y así hicimos, una vez más nos volveremos a encontrar, y esta vez dejando huella.

¡Ayudanos a cumplir nuestro sueño!

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